El abuso del alcohol provoca una de las adicciones más difíciles de superar. El que la padece no puede frenar el deseo compulsivo que experimenta. Cada noche se promete una y otra vez que al día siguiente no beberá pero basta con una gota para que su voluntad quede anulada.
El problema es que el alcohol forma parte de nuestra cultura, está presente en celebraciones, con él se sellan negocios y nos acompaña a lo largo de nuestra vida con una naturalidad pasmosa, pero también es una droga. Lo certifica el número de personas que están enganchadas a ella. En España se sabe que son unos dos millones de adictos al alcohol.